Silbatina a Marco Antonio.
Sometido a la radiacion de rayos-corach advierto que los carteles infamantes (que supe admirar con gesto de niño moon) y toda la jauria minim-posmo, injustamente adherida al velcro de mi zapatilla fluo, no es mas que una jugarreta toxica que envalentona los locos tentaculos del pulponiak.
Pulponiak es una bestia y una ciudad; un pandemonium.
Se parece al bulo de William Puertas.
Se nutre de la sangre del arte por el arte, y deja bien sentado a quien pertenecen
los derechos del animal.
Los arquelogos que aplauden la fatal indulgencia, de seguro diran que fue forjada en acero mongol; fatalmente refrigerada en grandes heladerotas de la montevideana.
Trompeteria, entra un criado...
Hay mucha certeza y poca prueba. Sabemos que en La enciclopedia oficial de Pulponiak brilla el bigote de Dali y el corpiño de Monica Lewinski; la cartuchera de Lincoln y el ombu de nuestras pampas, el nieto de Planck y la sopapa de goma.
Varios eruditos apuestan que nadie la ha visto jamas, sin embargo Jontan Efurrider, nuestro dorado heroe, supo alquilar -¡soy videt!- un kayack al portero de pulponiak.
Es un hombre gordo y pelado, su cabeza insolada barrunta mil pesquisas, de portero a comisario; de comisario a heroe; de heroe a chef.
Hoy Hay pulponiak al escabeche.
Diómedes V, nuevo integrante del HPSLg..